jueves, 27 de diciembre de 2012

Mujer: La Luz que Renace


Las células son las estrellas de nuestro universo corporal, 

las mujeres son los faros de la naciente humanidad, 
más aún, ésta es la transición y la luz 
que recién comienza a desplazar la oscuridad. 
Aún hay sombras abundantes, bosques oscuros 
de densos miedos, donde el tupido follaje de la incertidumbre 
impide a los rayos de luz llegar hasta los corazones... 

Y los dioses pidieron a través de los maestros árboles, 
entregar la antorcha encendida a la mujer, 
más no a la mujer miedosa y conformista, 
no a la mujer resignada y quejosa, 
no a la mujer débil y desprovista de confianza en sí misma, 
sino a esa mujer, que, aún levantándose desde sus errores, 
atravesando sus miedos y rompiendo sus cadenas, 
se atreva a levantarse, caminar con paso firme 
hasta que sus brazos se conviertan en alas 
y el vuelo a la luz sea inevitable...

Esa mujer vive en semilla es todas las mujeres 
esperando el agua de espiritualidad y la luz del conocimiento 
para germinar, crecer y florecer. 
Es probable que la semilla de la nueva mujer 
haya germinado, más en el intento fue atada a su raíz, 
obligándola a permanecer enana, sometida, impotente, 
paralizada por miedos que en nombre de una ficticia 
seguridad le ofrecen la protección de una cárcel, 
paradójica situación que alimenta una alegría artificial 
que perpetúa cadáveres con apetito, 
en esta constelación de estrellas apagadas, 
esperando la oportunidad de despertar...

La germinación de la nueva mujer comienza 
con un acto de rebeldía, suprema rebeldía, 
sagrada disidencia de lo establecido, que en nombre 
de una normalidad anormal, mutilada, esclaviza a la mujer 
en modernas cárceles de barrotes invisibles...

Es preciso convertir la vida en una maravillosa aventura 
de aprendizaje sin límites, sin auto engaños, 
sin verdugos, sin víctimas, sólo con el fervor de crecimiento 
hecho manera de vivir creativa, conducida por la imaginación. 
Es preciso convertir la vida en una suprema ceremonia, 
para que todo sea sagrado, todo importante, 
más nada demasiado importante como para impedir 
la lucidez, la serenidad y el amor...

Nunca hoy como antes la mujer tuvo la oportunidad 
de convertirse en una mujer sagrada, 
en un ser lúcido y sabio, en una guerrera-caminante, 
consciente de que nada puede perder porque no busca ganar...

Cuán importante es que el despertar de la mujer guerrera 
esté caracterizado por la tolerancia, 
la caminante requiere de obstáculos en su camino, 
obstáculos que fortalezcan su voluntad 
tornando a sus pasos serenidad y valor. 
Las mujeres están regresando convertidas en preciosos seres 
que derrochan belleza y musicalidad e invitan a los hombres 
a instalarse y vivir en la dimensión poética de la vida... 

La mujer sabia no precisa hablar, 
su presencia es suficiente, su mirada, su silencio, 
todo es enseñanza, su amor se instala llenando 
el espacio de luz que habita... 
Quizás todo comience tomándose unas vacaciones a solas, 
es decir consigo misma...

¿Qué otra cosa tienes que a tí...?

¿Y si hoy te propusieras cambiar, transformar a la mujer común 
en una caminante-guerrera, transitando un sueño, 
encarnando una utopía, vivenciando que el paraíso 
es un estado de conciencia? 

¿Y si te atrevieras a ser tú misma, silvestre, 
salvaje, libre, natural, inocente, niña y abuela ?
¡Cuánta luz volvería iluminar tu rostro! 
¡Cuánto amor emitirían tus ojos! 
¡Cuánta energía llenaría tus manos! 

El despertar de la mujer adquiere connotación de rebelión, 
supremo acto de valor que convertirá la oruga en mariposa.
¡Fíjate con qué facilidad se desplaza la luciérnaga en la noche! 

En tiempos como éstos estamos destinados 
a vestirnos de luz, a eso hemos venido. 
El amor comienza más allá del temor. 
Mientras tenemos miedo estamos paralizados. 
Es preciso avanzar en dirección a nuestros peores miedos, 
es urgente enfrentar nuestros peores monstruos, 
para descubrir que los tigres son de papel, 
es preciso prepararse para tener la forma del agua, 
tan fuerte que perfora la roca y tan flexible 
que tiene todas las formas sin dejar de ser agua... 

Ser mujer en esta época, es una iniciación...

El hombre privilegió lo externo, apostó su vida 
en favor de lo cuantitativo, descuidó la esencia, 
pisoteó lo sagrado... 

Mujer...
¿comprendes el motivo trascendental de tu paso por la tierra...? 

Si así fuera, todo el universo apoya tus pasos. 
Y más allá del temor, transita la mujer guerrera, 
caminante de todos los senderos, 
porque cuando vivimos en el corazón, 
donde sea que estemos, estamos en casa...

Chamalú

martes, 18 de diciembre de 2012

El arquetipo de la Mujer Salvaje


El arquetipo de la Mujer Salvaje reside en las entrañas, no en la cabeza. Ella puede rastrear y correr y convocar y repeler. Puede percibir, enmascarar y amar profundamente. Es intuitiva, típica y normativa. Es absolutamente esencial para la salud mental y la salud del alma de las mujeres.

Ella es el alma femenina. Sin embargo es más que eso: es la fuente de lo femenino. Es todo lo que pertenece al instinto, a los mundos tanto visibles como ocultos —ella es la base.

Ella es intuición, es capaz de ver claramente a distancia, es capaz de escuchar a profundidad, es de corazón leal. Alienta a los humanos a permanecer plurilingües, hábiles en los lenguajes de los sueños, la pasión y la poesía.

Ella es la voz que dice: "Por aquí, por aquí."

Ella es quien levanta estruendos contra la injusticia. Ella es por quien abandonamos el hogar para buscarla. Ella es a quien regresamos a casa. Ella es lo que nos mantiene en marcha cuando pensamos que ya estamos vencidas.

Unirse a la naturaleza instintiva no significa desatarse, cambiar todo de derecha a izquierda, de negro a blanco, moverse de este a oeste, actuar como loco o fuera de control. No significa perder las socializaciones primarias propias o volverse menos humano. Significa todo lo contrario. La naturaleza salvaje contiene una vasta integridad en sí misma.

Significa establecer territorio, encontrar la propia manada, estar en el propio cuerpo con certeza y orgullo, independientemente de los dones y las limitaciones del cuerpo, hablar y actuar a favor de uno mismo, estar consciente, alerta, recurrir a los poderes femeninos innatos de intuición y percepción, reconocer los propios ciclos, encontrar a lo que uno pertenece, erguirse con dignidad, retener tanta consciencia como se pueda.

(del libro "Mujeres que corren con lobos"Clarissa Pinkola Estés)

sábado, 8 de diciembre de 2012

Ayúdame Sacerdotisa interior



Ayúdame a catalizar mi transformación.
Ayúdame a ser más luminosa, a purificar mi templo de sabiduría y a mantener el fuego
sagrado siempre encendido en mi interior. 

Enséñame a consagrar mi vida a una continua ceremonia al sagrado vivir... 
Enséñame a curar mis heridas, para así curar las heridas de la Madre Tierra y sus hijos.
Enséñame a trabajar armoniosamente con las cuatro direcciones y con los cuatro elementos de la Naturaleza y a hablar con los guardianes de la Tierra.

Ayúdame a formar mandalas vivos de amor
y utilizar sus poderes para canalizar y transformar energía.
Ayúdame a escoger las Lunas correctas para iniciar cada fase de mi vida.
Enséñame a cantar con los pájaros y los ángeles convirtiéndome en guardiana de la felicidad.


Del libro “El Despertar de la Guerrera”

de Luis Espinosa.

sábado, 1 de diciembre de 2012

Entrevista a Jean Shinoda Bolen



JEAN SHINODA BOLEN - Doctora en Medicina y Analista Junguiana. 
Tengo 68 años. Nací y vivo en Los Ángeles.Soy doctora en Medicina, analista junguiana y profesora de Psiquiatría en la Universidad de California.Estoy divorciada y tengo dos hijos. Iraq es Vietnam una y otra vez, es una pena que tengamos que aprender a través de tanto sufrimiento. La espiritualidad une y las religiones dividen.

P-¿Quejarse es perder el tiempo?
R-¡Claro!

P-Hay mucho que aprender...
R-Por eso a mí me interesan las mujeres maduras, con humor y activas. 
A partir de los 40 años empieza lo mejor si eres capaz de darte cuenta de la cantidad de cualidades potenciales que hay dentro de ti. Entonces te entran ganas de convertirte en bruja.

P-No sé yo...
R-Se lo diré de otra manera: una persona con poder personal.

P-Eso me gusta.
R-Las brujas sabias dicen la verdad con compasión, y no comulgan con lo que no les gusta, pero no tienen la rabia de las mujeres más jóvenes.
Algunos hombres excepcionales pueden llegar a ser brujas, los que tienen compasión, sabiduría, humor y no están supeditados al poder.

P-¿Algo más?
R-Sí, las brujas sabias son capaces de mirar hacia atrás sin rencor ni dolor; son atrevidas, confían en los presentimientos, meditan a su manera, defienden con firmeza lo que más les importa, deciden su camino con el corazón, escuchan su cuerpo, improvisan, no imploran, ríen, y tienen los pulgares verdes.

P-¡...!
R-Tienen mano con las plantas. Y también con los animales. 
Primero aprenden a amar lo que hacen, luego alientan a otros al crecimiento. 
Saben reconocer lo frágil y lo que tiene valor, y también lo que debe ser podado.

P-¿Y hay que esperar a la vejez para ello?
R-Cuanta más edad, más camino aprendido. 
La observación compasiva de la vida de los demás te enseña mucho, y las mujeres sabias se pasan mucho tiempo observando. 
Hay casos, pocos, de sabias a partir de los 30 o 35, pero esas a los 60 son increíbles.

P-¿Qué nos quiere transmitir?
R-Que las mujeres tienen la oportunidad de cambiar el mundo en las próximas décadas. Pero que si no lo hacen ahora, probablemente ya no lo harán.

P-¿Por qué dice eso?
R-Tras los extremismos de la revolución feminista, el péndulo está en el centro y las mujeres que se lo permiten pueden llegar al equilibrio, a ser completas, fuertes y vulnerables al mismo tiempo.

P-¿Un camino colectivo?
R-Por supuesto. No tengo la menor duda de que un pequeño grupo comprometido puede cambiar el mundo. En realidad, así ha sido hasta ahora.

P-¿Y cuál es el secreto?
R-El millonésimo círculo. 
Yo aliento a las mujeres a formar círculos que tengan un componente espiritual. Simplemente escuchando los problemas, anhelos y miedos de otras mujeres y contando los tuyos, adquieres fuerza.

P-Perdone, pero por qué un círculo.
R-Cuando uno está sentado en círculo y en silencio se da cuenta de que hay una conexión espiritual con poder transformador. 
Yo pertenezco a uno desde hace 18 años: encendemos una vela, guardamos silencio, contamos lo que nos preocupa, debatimos, y juntamos nuestras energías con un propósito.

P-¿Convocan el poder interior?
R-Interior y exterior. 
La espiritualidad, la física cuántica y el budismo dicen lo mismo: "Todo y todos estamos conectados y por tanto lo que cada uno haga influye en el mundo."

P-¿Por qué no círculos mixtos?
R-Entre mujeres hay una conexión natural. 
Algunos estudios evidencian que cuando una mujer que sufre estrés habla con otra mujer, ambas liberan la hormona de la maternidad que provoca que el estrés descienda.

P-Curioso.
R-Si las mujeres estuvieran implicadas en los procesos de paz, todo sería más fácil, ¡pero si los que negocian son machos alfa...!

P-¿Qué ocurre cuando se encuentra un hombre estresado con otro?
R-Cuando un hombre estresado se encuentra con otro, segregan testosterona, lo que provoca o bien la huida o el enfrentamiento. Pero si ese mismo hombre acude a una mujer que le comprende, una bruja sabia, su adrenalina baja y su autoestima sube. Y basta con que se siente a su lado.

P-Es bonito eso que dice.
R-Estamos llenas de recursos poderosísimos a los que no prestamos atención, como el conocimiento intuitivo. Poderes que se pueden desarrollar en los círculos.

P-Propóngame un viaje interior.
R-Sea auténtica, sea consecuente con su persona interior y averigüe qué quiere hacer con su preciosa vida. 
Desde fuera intentarán responder por usted a las preguntas esenciales, no lo permita. Desvele qué tipo de arquetipo domina en usted.

P-¿A qué se refiere?
R-Sus patrones internos que yo resumo en siete diosas. Cada mujer debe identificar a sus dos o tres diosas dominantes, que van desde la autónoma Artemisa y la fría Atenea, hasta la nutritiva Deméter, la creativa Afrodita o Hera, la diosa del matrimonio.

P-No será tan simple.
R-No, pero si podemos llevar una vida en la que el arquetipo y el papel que desempeñamos coinciden, nos sentiremos satisfechas.


Fuente de la Entrevista: La Vanguardia