miércoles, 20 de marzo de 2013

Ostara - Celebración del equinoccio de Primavera


Ostara es la fiesta de la Primavera, el momento en el que el día y la noche se encuentran en equilibrio. Luz y oscuridad en perfecta armonía, lo Sagrado masculino y lo Sagrado femenino en igualdad de fuerzas. 

Durante este Sabbat celebramos que la Diosa regresa de su letargo invernal, de su noche oscura del alma, de su inframundo, de su propio caldero de transformación... acompañando con cada uno de sus nuevos pasos, el regreso de toda vida sobre la Tierra. El Dios, renacido de su vientre durante Yule, ha alcanzado la madurez y despliega todo su potencial fertilizador. Juntos, reinan nuevamente sobre la Tierra, sembrando y fertilizando las nuevas semillas, invitándonos a despertar de nuestro largo sueño, invitándonos a renovarnos y a regenerarnos, a renacer a la nueva vida que recién brota, y a llenar nuestros pulmones con el aire fresco de la esperanza y los nuevos sueños por cumplir.


Este es el momento perfecto para poner en marcha todos esos planes que hemos estado madurando durante el frío invierno. Es el momento de la fertilidad, de la abundancia, de la buena comunicación, ... del renacer tanto físico como espiritual.

Que puedes hacer para celebrar Ostara:

- Puedes plantar nuevas semillas en tu Jardín mágico o plantar arboles y semillas para que florezcan sobre la Tierra.
- Pasear por la naturaleza, conectarnos con ella, disfrutar de su despertar y agradecer toda su abundancia.
- Realizar limpiezas, en todos los niveles y en todos los aspectos.
- Poner en práctica los nuevos proyectos gestados durante el invierno.
- Conectar con las hadas y otros elementales.
- Celebrar rituales de fertilidad y/o abundancia.
- Pintar y regalar los típicos huevos de Ostara para desear abundancia y prosperidad.
- Escribir en un papel todo aquello que deseas dejar atrás y quemarlo para realizar la transformación alquímica del fuego.


Simbolismo de Ostara:

- Colores: verde, amarillo, blanco, dorado, rosa

- Hierbas, plantas y flores: Rosa, Jazmín  Iris, Olivo, Azafrán, Lirio, Madreselva, Violeta, Narciso, Azucena, Verbena, Gardenia, ramas de albahaca y todas las hierbas y flores de la estación...
- Minerales o piedras mágicas: jaspe, aguamarina, amatista, piedra sol.
- Palabras clave: despertar, renacimiento, resurgimiento, renovación, transformación, fertilidad, crecimiento.
- La Diosa en Ostara: Persefone, Eostre, Ostara, Koré, Ishtar, Artemisa, Minerva...
- El Dios en Ostara: Cernunnos, el Hombre verde...



Una meditación para Ostara:



(Antes de comenzar la meditación, pinta algunos huevos con diferentes motivos y colócalos en una cesta. Despumes coge un huevo de la cesta en el momento indicado durante la meditación y el resto puedes regalarlos a tus seres queridos o esconderlos por el bosque para que otros puedan encontrarlos).

Recuerda encontrar un lugar cómodo en el que no seas molestad@ y realizar una serie de respiraciones profundas antes de comenzar el ejercicio. Ya estas list@ para empezar...

Estás caminando en un bosque muy denso. El cielo está cubierto, y el aire se respira melancólico, aunque de vez en cuando, un rayo de luz de sol se abre camino a través de las nubes y de los árboles. Las ramas están vacías, aunque en el final de cada una puedes ver brotes a punto de nacer. Todo se siente viejo, mientras que una ráfaga ocasional del viento sopla a tu alrededor. 

La tierra está, en su mayor parte desnuda, con manchones ocasionales de nieve. Pequeños brotes de vida verde sobresalen de entre la nieve. Mientras caminas, notas una arboleda de hermosos abedules blancos, el color pálido de sus troncos y ramas como un agradable contraste a las maderas oscuras. 

Caminas hacia la arboleda de abedules y después comienza a caminar entre ella. Cuando los abedules te rodean, notas un árbol grande, que parece haber sido alcanzado por un rayo. El tronco superior está partido en dos, la madera interna se ha expuesto al aire, las hojas secas han caído en los huecos del tronco. El árbol parece que está absolutamente muerto. 

Por una cierta razón, miras a la copa del árbol, y te sorprendes de encontrar allí a una mujer. Está vestida toda de blanco y sostiene una cesta cubierta. Su mirada hacia ti es constante, sus ojos hacen que pienses en corrientes claras que corren en el centro de viejos bosques, su piel te recuerda la primera flor de la primavera, y lleva su pelo largo sin amarras. A sus pies se sienta una pequeña liebre café, que juega con el volante de su falda. 

Ella te hace un gesto, indicando que debes acercarte, y tu caminas hacia ella. Ella señala su cesta, y levanta el paño. Dentro, ves huevos de todos los colores, adornados con diversas formas y figuras. No puedes pensar en nada mejor que escoger uno de estos hermosos huevos y guardarlo para ti. 

Extiendes la mano para sacar uno, y ella sacude su cabeza indicándote que no. Te das cuenta de que aún cuando ella quisiera que tomaras un huevo, quiere que lo escojas sin ver. Así pues, cierras los ojos, y vuelves a extender tu mano hacia la cesta. 

Con los ojos todavía cerrados, sacas las mano, sosteniendo con cuidado un huevo... abre los ojos, y míralo. ¿Cómo es? Piensa en lo que significa la decoración en el huevo, y porqué Ostara quiso que tuvieras este regalo en particular para la primavera que viene. 

Después de haber observado bien el regalo, levantas tu cabeza para agradecer a la diosa, pero se ha ido. La buscas, mirando a tu alrededor, pero es inútil. Te preguntas si todo ha sido un sueño, pero el huevo en tu mano te dice otra cosa, y tu sabes que has recibido la bendición de la diosa Ostara. 

Mientras que tu atención sale de ti mismo y vuelves al bosque, te das cuenta que los árboles ahora tienen minúsculas, pero maravillosamente formadas, hojas verdes en el extremo de sus ramas. Y notas que el abedul quemado, el que parecía muerto, ahora tiene tallos verdes levantándose desde su tronco partido. Mientras sales de la arboleda de abedules, te parece que las nubes se han retirado, y cuando piensas en eso, en un hermoso y cálido rayo de sol te alcanza. Flores pequeñas, apenas formadas, cubren ligeramente el piso del bosque, los pájaros están cantando, y el rico olor de la tierra húmeda se cuela por tu nariz. 

Al salir del bosque, te preguntas por qué habías encontrado el lugar tan melancólico…ahora te parece que todo esta maravillosa y mágicamente vivo… sientes lo agradable que te resulta caminar por él... disfruta de la sensación… respira profundamente… expira profundamente… y a medida que lo vayas sintiendo… comienza a sentir nuevamente tu cuerpo… muévelo suavemente… y cuando te sientas preparada… puedes abrir los ojos.

Erika Falcón.
Sacerdotisa de la Diosa.

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