domingo, 10 de noviembre de 2013

Re-conociendo nuestras aguas mas profundas



Durante la excitación sexual, la vagina produce líquidos lubricantes de distintas fuentes. Secretan líquido lubricante las glándulas (de Bartholin y de Skene) situadas en el punto de encuentro de la vulva y la abertura de la vagina (introito). Durante la estimulación sexual, las propias paredes de la vagina producen un líquido llamado «trasudado». Algunas mujeres experimentan una efusión de fluido de la vagina durante el orgasmo, que recibe el nombre de «eyaculación femenina». La eyaculación femenina está formada por diferentes líquidos provenientes de distintas partes del sistema urogenital, entre ellas una glándula «prostática» femenina. A este líquido se lo ha llamado Amrita, o néctar divino. Un buen número de mis pacientes confunden esta eyaculación femenina con una pérdida de orina durante el orgasmo, pero este líquido no es orina, aun cuando en parte sale por la uretra. Esta liberación de líquido, que podría equivaler a una taza o más por vez y que puede producirse más de una vez mientras se hace el amor, es un componente normal de la respuesta sexual femenina. Conocer su verdadera naturaleza es muy tranquilizador para las mujeres.

Caroline y Charles Muir, una pareja que ha popularizado la antiquísima conexión entre sexualidad y espiritualidad, dicen que este néctar suele producirse cuando se activa (normalmente mediante una relación sexual tierna) una zona situada muy en el interior de la vagina llamada «el lugar sagrado», aunque no siempre es necesario el estímulo directo para que ocurra. La liberación del Amrita puede producirse incluso sin orgasmo, como cuando una mujer «lo pierde» debido a la risa, la alegría o el amor. En estos casos, en realidad no «se pierde», sino que se convierte en la energía de la alegría o el amor, y la mujer, lejos de perder nada, gana la esencia de esos sentimientos de éxtasis. Si bien cada mujer tiene la capacidad de experimentar esta efusión de néctar divino, sólo puede hacerlo aprendiendo a rendirse a la felicidad profunda, que puede ser sexual o no.

Los Muir enseñan que ese «lugar sagrado», bien escondido muy en el interior de la vagina, suele ser el sitio donde las mujeres almacenan sus heridas y dolores personales relativos a la sexualidad. En muchas mujeres, las primeras veces que se excita ese lugar, la excitación suele ir acompañada de dolor o recuerdos desagradables. La mujer y su pareja que entiendan esto van a proceder con lentitud en su relación sexual y a perseverar, y el dolor comenzará a sanar en todos los aspectos. Sanar de esta manera puede despertar a la mujer a una dicha que jamás ha conocido antes.

Dra. Christiane Northrup
Cuerpo de Mujer, Sabiduría de Mujer

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