En el Sudeste de la antigua Europa reinaba siempre la eterna primavera. El lugar era plácido y bello; todo estaba verde y hermosas flores se podían contemplar durante todo el año. El caminante se dejaba embriagar por los olores, las sensaciones, los colores de toda la tierra de su alrededor. En este lugar de la tierra el invierno era desconocido, al igual que el hambre y el dolor.
Todo esto era posible por que la región se encontraba bajo el beneplácito de la Diosa Demeter.
Demeter la gran Diosa, amaba esta colorida tierra, ella que es la mismísima naturaleza y que todo en ésta se produce por que ella así lo quiere, hacía partícipe de su felicidad a todo aquel que este lugar moraba. Su felicidad fue más completa con el nacimiento de su hija Persefone.
Persefoné creció entre los bellos campos que su madre hacía florecer en una maravillosa armonía. Paseaba por los verdes prados, entre las flores, se zambullía en los lagos y disfrutaba de cada segundo que en la naturaleza vivía.
Un día Hades, el Dios del otro mundo, que viajaba con su carro con dos negros corceles, visitó la zona donde la joven Persefone cada día paseaba. Al verla quedo irremediablemente enamorado y decidió llevársela consigo al otro mundo.
Al caer la noche, Demeter echando a su hija en falta, inició su búsqueda. En cada mano llevaba una antorcha, y con ellas encendidas peregrinó durante nueve días con sus correspondientes noches. Al amanecer del décimo día, el Sol que observa todo lo que sucede, se compadeció de ella y confesó quien se había llevado a su hija.
Demeter enfureció, llenándose de ira y rabia, hizo partícipe de su tristeza a toda la humanidad. Demeter desistio de sus funciones habituales como dadora y procuradora de toda vida. La tierra quedó totalmente yerma al ser privada del beneplácito de la Diosa.
La humanidad entera sintió la tristeza de la Diosa, así como todos los Dioses del Olimpo que fueron a quejarse a Zeus. Éste decidió que algo tenía que hacer y decidió intervenir para devolver a Persefone a su madre.
La negociación fue dura, Hades no quería dejar partir a Persefone, al final de la misma, cedió pero no sin antes invitar a que Persefone comiera de un fruto en el inframundo. Es bien sabido, que cuando alguien come en el más allá, la profundidad nunca le abandona y siempre tiene que volver a ella.
Así Persefone vuelve cada primavera con su madre, para retornar con su esposo seis meses mas tarde al Otro mundo. Mientras ella no esta en la tierra, Demeter nos ofrece la posibilidad de disfrutar los otoños e inviernos, para que sintamos que es ella y sólo ella la que hace que todo florezca en primavera y seamos dichosos por que la Gran Diosa comparte con nosotros su felicidad completa.
Versión/resumen del mito de Homero, por Susana Ortega
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